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jueves, 1 de marzo de 2012

Kate Morton: La casa de Riverton

La lectura de El jardín olvidado me llevó después a La casa de Riverton, que creo que es la primera novela de Kate Morton, de 2006. Se trata, en mi opinión, de una novela sumamente entretenida, que, a través del relato de Grace, miembro del servicio de la aristocrática familia que reside en la casa de Riverton, puede considerarse lo que podríamos llamar un relato de época.

Grace, una anciana señora que en su juventud perteneció al servicio doméstico de la casa de Riverton, colabora con Ursula Ryan, una joven cineasta que está dirigiendo una película sobre la tragedia ocurrida en 1924, en una fiesta que se celebró en dicha mansión. Úrsula ha pedido a Grace asesoramiento sobre la ambientación y precisiones sobre algunos detalles de la historia. Este es el punto de partida para la evocación del pasado. A través de los recuerdos de Grace, que entró a servir en Riverton a la edad de catorce años, asistimos a la recreación del estilo de vida y de la mentalidad de la aristocracia inglesa de la época anterior a la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y de la forma de vida de sus sirvientes.
Al ser Grace una sirvienta, y posteriormente doncella de Hannah -uno de los personajes principales de la historia-, forma parte del nutrido grupo de personas que componen el servicio doméstico de Riverton. El relato de sus recuerdos abarca muchísimo más que la trágica historia vivida por algunos miembros de la familia Hartford, pues se extiende ampliamente por las formas de vida y de relación entre la servidumbre. A través de personajes como la señora Townsend, la cocinera, o el señor Hamilton, el mayordomo, se percibe el espíritu de servicio y la solidaridad personal de la servidumbre con respecto a sus amos. Algo que empezará a cambiar después de la guerra. El conflicto bélico, juntamente con los cambios políticos y sociales que se producen en Europa durante esta época, traerá aires nuevos en la forma de pensar de algunos miembros del servicio, como Alfred, cuya visión de la relación amos-criados cambiará sustancialmente al regresar de la guerra.
Por una parte, la guerra librada en Europa entre 1914 y 1918 representa la brecha que se abre entre una época de poder indiscutido de la aristocracia de sangre, cuya servidumbre se le somete de buen grado y siente como propios los problemas de sus señores, y una nueva forma de concebir el trabajo que contempla ciertas formas de empleo como una esclavitud. Por otra, la guerra supone el fin de una época: la muerte de los jóvenes en el campo de batalla; la aparición de burgueses enriquecidos con los negocios que aspiran a ocupar el lugar de la aristocracia y a disfrutar de su brillo social y de sus privilegios; la fuerza del interés por la riqueza unida al triunfo político, todo ello hace mella sobre unos personajes que son parte definitiva de un pasado que ya no volverá.
El tema de la emancipación de la mujer, del derecho al voto, o el de la independencia económica como resultado de unos estudios académicos tiene también su importancia en la novela a través de la personalidad y de las inquietudes de Hannah Hartford, una de las dos hijas de lord Ashbury. Se trata de una joven independiente, inconformista, vivaracha e inquieta que no desea renunciar a sí misma ni someterse al marasmo que supone vivir conforme a los convencionalismos sociales sobre lo que debe ser el objetivo de toda mujer: casarse, no trabajar, porque está muy mal visto entre la buena sociedad, y entregar su vida y su libertad a un hombre. Hannah no desea para sí misma la vida ociosa conforme a un espíritu clasista que llevan las mujeres de su familia. El caso es que las cosas no saldrán como ella imaginaba, que su futuro no se corresponderá con sus sueños.
Para mí, lo mejor de la novela son los diálogos, especialmente los que mantienen los miembros de la servidumbre de la casa de Riverton. A través de ellos, siempre desde lo evocado por Grace, conocemos a los personajes, su mentalidad, sus inquietudes y deseos y entrevemos un mundo que ya no existe, que terminó en el período de entreguerras. En realidad, los personajes que pertenecen al servicio de la familia Hartford resultan, a mi modo de ver, más sólidos y mejor construidos que los que protagonizan la dramática historia evocada por Grace y que es objeto de la película rodada por Ursula Ryan. Me refiero a David, Emmeline, Hannah y  Robbie Hunter.
Si he de señalar un defecto en La casa de Riverton es el final. Resulta algo endeble, pues los personajes se desdibujan un tanto y, en mi opinión, falta desarrollo y precisión en los hechos relatados en la última parte de la novela. Los personajes de Hannah, Emmeline y Robbie no dan de sí todo lo que prometían. Hay finalmente algunos cabos atados de forma un tanto forzada para que la novela quede más redonda. No creo que fuera realmente necesario y verdaderamente significativo para el argumento.
En conjunto, me ha gustado, me parece una novela muy amena y entretenida, de lectura fácil, bien ambientada, una novela muy digna, en suma, aunque no alcanza el nivel de El jardín olvidado. No obstante, los temas que acabo de señalar aparecen integrados en el argumento y en la ambientación de la novela de forma totalmente coherente y natural.  Además, para este tipo de relatos se requiere un importante trabajo previo de documentación y lo fundamental es que no se noten las costuras.

Ahora estoy deseando leer Las horas distantes, pues Kate Morton es una novelista que me gusta, sabe contar historias amenas de forma interesante.

2 comentarios:

  1. Una magnífica reseña. Muy completa y ordenada. Yo tengo este libro desde hace unos meses en casa, me lo regaló mi novio por nuestro aniversario, pero de momento no me he podido poner aún con él. La verdad es que no he leído nada de Kate Morton aún pero lo estoy deseando. Besos

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  2. Me ha gustado mucho la reseña, muy completa. Yo lo lei el verano pasado y me gustó muchísimo, Kate Morton se ha convertido en una de mis autoras favoritas, seguro que Las horas distantes también te gusta
    besos

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