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domingo, 11 de marzo de 2012

Irène Némirovsky: Suite francesa (I)

¿Es posible valorar una obra literaria prescindiendo de la biografía de la autora y de la situación en que esta se hallaba en el momento de escribirla? ¿Es posible considerar la obra en sí?
Me hago esta pregunta porque la publicación de Suite francesa estuvo irremisiblemente unida al conocimiento de la vida de Irène Némirovsky y de su desgraciado fin. El propio libro, publicado en España por Ediciones Salamandra contiene un prólogo en el cual Myriam Anassimov traza a grandes rasgos un perfil biográfico de la escritora, de las penalidades que sufrieron sus dos hijas después de perder a sus padres muy pequeñas aún, de la historia de la maleta que contenía el manuscrito de Suite francesa y de las circunstancias de la publicación de esta obra en Francia en 2004. Sigue después la novela; en tercer lugar los apéndices que contienen notas manuscritas de Irène Némirovsky y correspondencia fechada entre 1936 y 1945; y finalmente, los agradecimientos que dedica Denise Epstein, hija de la novelista, a diversas personas. Tanto el prólogo como la documentación que sigue a la novela resultan elementos valiosos para conocer la vida y las circunstancias de la muerte de Irène Némirovsky, detenida por los gendarmes franceses, deportada por los nazis a Auschwitz y asesinada allí el 17 de agosto de 1942. Su marido Michel Epstein fue también detenido y muerto en Auschwitz meses más tarde, después de desesperados e infructuosos esfuerzos y gestiones ante personas influyentes para salvar a su mujer.
En cuanto a las notas manuscritas de la autora, dos aspectos se nos revelan. Por una parte, nos permiten conocer el plan de la obra, que estaba concebida en varias partes -Suite francesa corresponde a las dos primeras-, el diseño de situaciones y personajes y el hecho de que Tolstói es en parte un modelo inspirador del enfoque que Némirovsky considera adecuado para su novela:
“2 de junio de 1942: no olvidar nunca que la guerra acabará y que toda la parte histórica palidecerá. Tratar de introducir el máximo de cosas, de debates… que puedan interesar a la gente en 1952 o 2052. Releer a Tolstoi. Inimitables las pinturas pero no históricas. Insistir en eso. Por ejemplo, en Dolce, los alemanes en el pueblo. En Cautividad*, la primera comunión de Jacqueline y la velada en casa de Arlette Corail.”
 Por otra,- y esto me parece una de las claves esenciales de la composición de la novela- esas notas, informales y rápidas, no muy estructuradas, manifiestan sin lugar a dudas la actitud personal de Irène Némirovsky ante la creación literaria:
“1 de julio de 1942. Se me ha ocurrido lo siguiente para Cautividad*: Unificar, simplificar constantemente el libro (en su totalidad) debe dar como resultado una lucha entre el destino individual y el destino común. No hay que tomar partido.
Mi partido: régimen burgués representado por Inglaterra, lamentablemente arruinado; al menos pide ser renovado, porque en el fondo es inmutable en lo esencial; pero seguramente no se recuperará antes de mi muerte; quedan, pues, presentes dos formas de socialismo. Ni la una ni la otra me vuelven loca, pero there are facts! Uno de ellos me rechaza, conque el otro… Pero eso es otra cuestión. En tanto que escritora, debo plantear correctamente el problema.”
 La composición de Suite francesa es contemporánea de los hechos narrados. Némirovsky escribe sobre lo que está sucediendo en la Francia ocupada de 1941. Ella misma, por su condición de rusa y de judía es una perseguida, pero  su honestidad y su rigor de auténtica novelista la apartan conscientemente de la denuncia fácil  y de cualquier melodrama. Debido al prólogo y a la documentación que acompañan la novela, la sombra de la autora planea sobre ella a lo largo de la lectura. No la tiñe con su tragedia personal, sino que ratifica a Irène Némirovsky como la gran escritora que ya demostró ser antes del estallido de la guerra y de la ocupación del país. Suite francesa es una narración que enaltece aún más el mérito literario y personal de su creadora. Estando en una situación límite en lo personal, se mantiene a distancia como narradora  y evita así convertir su obra en un texto de denuncia fruto de la inmediatez de los hechos ocurridos durante la ocupación de Francia por las tropas alemanas. 
Por si puede interesar, aquí está en enlace a la página oficial de la escritora, en francés y en inglés.
(*) Parte de la obra que no llegó a escribir
 Continuaré en la siguiente entrada. En ella me centraré en la novela. No me gusta alargarme excesivamente en las entradas del blog. No favorece la lectura en pantalla, se pierde visión de conjunto.

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