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domingo, 20 de mayo de 2012

Isak Dinesen: Una biografía en imágenes

Me apetecía mucho comentar este libro que hoy presento, pero al buscar en Internet imágenes de la portada, he descubierto que está descatalogado, así que al hecho de no ser una novedad editorial se le añade el inconveniente de la dificultad para encontrarlo, a no ser en bibliotecas públicas o librerías donde venden libros usados. De modo que he sacado unas fotos para ilustrar esta reseña, aunque no son muy buenas, como veréis.

Ya os dije que no me muevo por novedades editoriales, sino que escribo sobre lo que me gusta y me interesa. Isak Dinesen, pseudónimo de Karen Blixen (1885-1962), me ha seguido interesando desde que la descubrí en 1985 leyendo Cuentos de invierno. A la lectura de esta obra fueron siguiendo muchas otras y además, la biografía escrita por Judith Thurman Isak Dinesen. Vida de una escritora, en la que se basó Sydney Pollack para su película Memorias de África (1985). En 1990 o 1991 adquirí esta biografía en imágenes de Frans Lasson y Clara Selborn, que hojeo y releo con cierta frecuencia, pues Karen Blixen es una de las escritoras que más huella han dejado en mí, tanto por su obra literaria, como por su vida. He sentido siempre por ella una gran admiración. Fue un ser humano tan lleno de coraje ante la vida y ante la adversidad, que para mí constituye un ejemplo de persona que aún en lo peor sabe encontrar en su interior recursos que la salvan y le permiten seguir viviendo y evolucionar dando lo mejor de sí misma. En cuanto a su obra, la encuentro maravillosa y original. Ya encontraré el momento para escribir algún comentario.

Isak Dinesen: Una biografía en imágenes se publicó en 1987, en pleno fervor literario y cinematográfico por esta autora. Es preciso reconocer que la película Memorias de África contribuyó a la divulgación de la vida y la obra de Karen Blixen, hasta el punto que su libro Out of Africa, publicado por Alfaguara inicialmente con el título de Lejos de África, acabó titulándose en ediciones posteriores Memorias de África. Supongo que eso ayudó mucho a que se vendieran más ejemplares.

El libro de Frans Lasson y Clara Selborn, que fue secretaria de la escritora, va encabezado con una cita de Karen Blixen, fechada en Rungstedlund, en septiembre de 1961: “Debemos aprovechar la vida mientras tenemos poder sobre ella, para que no se cierre cuando nos salimos de ella, sin dejar huella.” Dos breves prólogos y una introducción de Frans Lasson contextualizan la obra y a continuación, aparecen las fotografías comentadas por riguroso orden cronológico, a veces con textos y documentos que explican o aclaran todo cuanto es preciso para una adecuada comprensión de la vida de Karen Blixen.

No hay un índice de contenidos que divida en etapas la vida de la escritora, sino que después de presentar a sus antepasados, siguen la infancia, adolescencia, juventud y madurez de forma continuada hasta su muerte,  y la fotografía de su tumba, finalmente. Se presenta, pues, la vida de Karen Blixen como una unidad, como si fuera un álbum de fotos acompañado de comentarios explicativos. Aparte de Karen Blixen y sus familiares más directos, aparecen en este libro fotografías de personas relevantes en su vida, casas, objetos, documentos y los escenarios principales de su vida, entre ellos África y su casa de Rungstedlund (Dinamarca).

Isak Dinesen: Una biografía en imágenes es un indispensable complemento para la lectura de otras biografías de esta autora. En cualquier caso, es ya una buena y bien documentada biografía que se apoya en la imagen, y por esa razón nos aporta muchísima información adicional sobre Karen Blixen y su mundo. Frans Lasson en el párrafo final de la introducción nos dice:

“Ojalá este libro, junto con los suyos propios, contribuya a mantener abierta la puerta que da al mundo de Karen Blixen, un mundo que no se parece al de ninguna otra persona.”

En 2004 tuve ocasión de viajar a Dinamarca. Uno de mis objetivos era visitar la casa-museo de Karen Blixen en Rungsted, y así lo hice. Recuerdo esta visita con cariño. Me sentía emocionada al visitar la casa donde ella vivió y escribió y al recorrer el precioso parque donde está su tumba. Desde Copenhague es fácil llegar a Rungsted. Se toma el tren desde la estación central que está cerca del parque Tívoli. El trayecto no es largo y Rungsted es una bonita y pequeña ciudad costera. La casa de Karen Blixen está frente al mar. Así que aquí os dejo el enlace al Museo Karen Blixen, donde encontraréis estupendas fotografías.




lunes, 14 de mayo de 2012

Paul Auster: El Palacio de la Luna

Hace poco he terminado El Palacio de la Luna. He  disfrutado muchísimo con esta novela, porque es una cajita de sorpresas, el más genuino Auster.  Hay novelas ante las cuales el lector experimenta esa deliciosa sensación de sentirse inmerso en la magia del relato, algo muy especial, vinculado –creo yo- a ese gusto que sentimos desde niños por que nos cuenten historias. Con Paul Auster dejamos a un lado el realismo y entramos de lleno en el territorio de la verdad poética. Creo que  El Palacio de la Luna gustará a los lectores de Auster y a cualquier amante de las novelas que desee dejarse llevar por la fascinación de una historia bien contada. Es, además,  una novela cargada de simbolismo y de juegos literarios que atrapan al lector e introducen diversos temas que, en mi opinión, estructuran el contenido de la obra.

 Reproduzco la sinopsis que aparece en la contraportada del libro editado por Anagrama, porque es breve, clara y concisa. Eso me permitirá detenerme un poco en cuestiones interpretativas:   “Marco Stanley Fogg está a las puertas de la edad adulta cuando los astronautas ponen el pie en la luna. Hijo de padre desconocido, fue educado por el excéntrico tío Víctor, que tocaba el clarinete en orquestas de mala muerte. En los albores de la era lunar, muerto su tío, Marco va cayendo progresivamente en la indigencia, la soledad y una suerte de tranquila locura de matices dostoievskianos, hasta que la bella Kitty Wu lo rescata. Marco empieza entonces a trabajar para un viejo pintor paralítico y escribe su autobiografía, que éste quiere legar a su hijo, al que no llegó a conocer. Tras un largo periplo que lo lleva hasta el Oeste y bajo el influjo da omnipresente luna, Marco descubrirá los misterios de su origen y la identidad de su progenitor.

Después de la lectura, pensando en cómo enfocar este comentario, me ha parecido que Auster,  uno de los grandes novelistas norteamericanos actuales, es deudor de la tradición literaria europea, de Cervantes, en concreto. El tema de la identidad de los personajes, el de  la literatura y otros que se articulan  en la construcción de una ficción narrativa fundamentada en la verdad poética me parecen inspirados en esa tradición, al igual que el tema de la verdad.

 El tema de los libros y de la literatura recorre toda la obra, aunque con diferentes manifestaciones. Desde un principio, la literatura aparece vinculada a la vida del protagonista. Cuando el tío Víctor se va, le deja sus libros empaquetados, y al morir este, leerlos todos por el mismo orden en que estaban en las cajas es una forma de recobrar parte de la biografía de su tío y de penetrar en lo que era su ser, pues no en vano todo buen lector sabe por experiencia que uno es lo que ha leído:

 “Cada vez que abría una caja penetraba en un segmento nuevo de la vida de mi tío, un período determinado de días, semanas o meses,  y me consolaba pensar que estaba ocupando el mismo espacio mental que mi tío había ocupado antes, leyendo las mismas palabras, viviendo las mismas historias, quizá albergando los mismos pensamientos.

La muerte del tío Víctor transtorna su vida completamente, le sume en una profunda depresión marcada por el deseo de hundirse en  la nada. Su ruina económica y moral le conduce a vivir en Central Park y a llevar una vida totalmente marginal, separado de la sociedad. Muerto su tío, se produce una especie de muerte simbólica de Marco Stanley Fogg: ha ido dejando de ser el que era, y mientras vive en el parque como un indigente, lleva la vida propia  de quienes están en un espacio liminal, en el  umbral hacia una nueva etapa de la vida y se encuentran aún separados  del orden de una vida social en una especie de no-lugar. Los rincones de Central Park por donde sobrevive Marco son a veces espacios confusos y peligrosos, y no obstante, en un momento dado, Marco aprecia el parque como algo totalmente opuesto a la ciudad que le aporta bienestar y posibilidad de regeneración. Vivir en Central Park es ser el hombre natural, libre y no corrompido,  gracias a esa naturaleza inmersa en el espacio urbano que él rechaza y donde se siente rechazado. Parque y ciudad, hombre natural y hombre urbano se oponen:

“No hay duda de que el parque me hizo muchísimo bien. Me dio intimidad, pero más que eso, me permitió fingir que mi situación no era tan mala como era en realidad. La hierba y los árboles eran democráticos y mientras ganduleaba al sol de la tarde o trepaba a las rocas a última hora para buscar un sitio donde dormir, me sentía integrado en el medio, me parecía que hasta para una mirada experta podía pasar por uno más de los paseantes o ciudadanos que merendaban en la hierba. Las calles no daban lugar a tales confusiones. Siempre que caminaba entre la multitud, rápidamente me hacían avergonzarme y tomar conciencia de mí mismo. Me sentía una mancha, un vagabundo, una pústula de fracaso en la piel de la humanidad.

Pasada la experiencia de Central Park, empieza a trabajar para Effing, un viejo pintor paralítico y excéntrico. Con este personaje se introduce en la novela el tema de la identidad  unido al de la literatura, que adopta una nueva modulación. Marco tiene que escribir la biografía de Effing a partir de la información  oral que este le suministra. Por una parte, Marco es ya otro, superada su profunda crisis; por otra, Effing , a través del relato oral de su biografía, se revela como alguien que dejó de ser el que era y en un momento dado adopta una nueva identidad, que es la actual. Así pues, se introduce en El Palacio de la Luna ese juego literario de un narrador que pone por escrito la historia que otro le ha contado y en la que van apareciendo nuevos personajes con sus historias que resultan estar relacionadas con la principal, como el caso del hijo de Effing. Todo ello, como verá el lector, son elementos estructurales del argumento que no conviene desvelar.

En la verdadera historia de Effing  y en el episodio de la cueva hay algo mágico, que recuerda los cuentos maravillosos: el duro y largo camino plagado de dificultades y pruebas que parecen insuperables, la vida en la cueva como salvación y período de transición a otra vida, en la que dejará de ser el que fue y deberá adoptar otro nombre, otra identidad.

Hay también episodios divertidísimos, como el reparto de los 20.000 dólares, en que Marco, Effing  y el negro del paraguas parecen haberse convertido en personajes de cuento de hadas, todo ello aderezado por la buena intención moral de Effing.

Otro personaje escritor es Solomon Barber, profesor de historia . Autor de una novela escrita en su adolescencia, La sangre de Keppler, en la que vertía sus problemas psicológicos,  es otro de los personajes a través de los que se desarrolla el tema de la identidad. En este caso, el cuerpo y la apariencia física son los materiales con que se construye una imagen y una identidad. Es hacer de la necesidad virtud, pues se trata de un hombre muy gordo y alto, una figura descomunal. En relación con Solomon Barber, se introduce un nuevo tema, apropiado para el final: la anagnórisis o reconocimiento. En las antiguas novelas, también en algunas de las Novelas ejemplares de Cervantes, después de muchas peripecias, se pone en claro quién es cada cual y tienen lugar emotivas escenas de reconocimiento, con las que se restaura la armonía y cada uno ocupa su lugar. No doy detalles, porque no quiero privar a nadie del gusto de descubrir poco a poco los entresijos del argumento de El Palacio de la Luna.

En relación con el relato de la vida de Effing y la búsqueda de la cueva que emprenden Marco y Solomon Barber aparece el tema de la verdad. ¿Qué es la verdad? ¿Qué es verdad y qué no? El episodio de la cueva, tan importante en la historia de Effing, adquiere tintes míticos, hasta tal punto que puede ser comparado con el episodio vivido por don Quijote en la Cueva de Montesinos:

“-Por supuesto que estaba diciendo la verdad –afirmó-. Puede que los hechos no fuesen siempre exactos, pero decía la verdad.
-Una respuesta muy profunda –dijo Barber-. Sin duda es la única que tiene sentido.
-Sospecho que sí –dije-. Aunque no hubiese una cueva real, existió la experiencia de una cueva. Todo depende de lo literalmente que quiera uno tomárselo.”

He dejado para el final el asunto del simbolismo de la Luna. La Luna es un personaje del telón de fondo que aparece y reaparece continuamente. A partir del nombre del restaurante a donde Marco va a cenar con Kitty y que da título a la novela, las alusiones a la luna son constantes y llegan hasta el final. En la simbólica de la Luna, esta se halla relacionada con los ciclos de la vida, con el misterio y con la noche, con las aguas, con las transformaciones... entre otras cosas. Al final de la novela, Marco es un hombre nuevo, como si acabara de renacer.

“Luego salió la luna por detrás de las de las colinas. Era una luna llena, tan redonda y amarilla como una piedra incandescente. No aparté mis ojos de ella mientras iba ascendiendo por el cielo nocturno y sólo me marché cuando encontró su sitio en la oscuridad.”

miércoles, 9 de mayo de 2012

Poema del mes. Mayo: Josefina de la Torre

Buscando entre mis libros de poesía algún texto que me motivara para presentarlo en el blog como poema del mes, he dado con este triste y precioso poema de Josefina de la Torre. Ciertamente, hay muchísimos poemas hermosos e interesantes, no bastaría una vida para descubrirlos y saborearlos todos. Creo que aunque se busque a veces un autor o un texto concreto, uno se tropieza con los poemas. Repentinamente, un poema sobresale, destaca sobre la página nada más empezar a leer y nos absorbe como si un hilo mágico tirara de nosotros y nos tiene en tensión hasta el final. Este es, entonces, un poema significativo. Se trata, pues, de releerlo e intentar desentrañar por qué nos atrae, qué nos comunica, qué tiene de especial que nos ha gustado tanto.

Todos los días” es un poema de desarraigo, de pérdida, de dolorosa nostalgia por la persona amada que ya no está. El gran vacío causado por la ausencia aboca al sinsentido. Parece como si el mundo hubiera perdido su color y las cosas y los seres de la vida cotidiana su significado. Los nombres ya no significan lo mismo porque se han quedado vacíos, detrás de ellos ya no hay nada. La vida pierde su sentido. Es un poema que expresa una profunda tristeza y una gran desolación. A la falta de sentido de todo se le une el vacío, que lleva la marca, la huella que ha dejado la persona que se fue.
  
TODOS LOS DÍAS

Todos los días
llama a mi puerta el desconsuelo…
Estoy vacía y su eco resuena
por todos los rincones de mi vida.
Se estremece mi sangre
que es un hilo de hielo
al faltarme el calor de tu presencia.
No comprendo el idioma del paisaje;
qué quiere decir “sol”,
“cielo azul”
“aire”.
No comprendo mi ritmo,
ni mi esencia,
ni por qué sigo andando,
respirando,
contemplando a la gente,
a los perros que pasan,
a los pájaros
que mi balcón visitan diariamente.
Ni por qué la mirada,
mis ojos,
abarcan el entorno que me envuelve.
Ya no comprendo nada.
El mundo se me ha vuelto
un compañero extraño
que camina a mi lado
y no conozco.
¿Qué quiere decir “vida”?
Ya no encuentro
aquel sabor que un tiempo me dejara.
Las palmas de mis manos
se cierran sin calor,
desconsoladas.
Que eran tuyos tu casa y tu paisaje;
que está en ellos la huella de tus pasos,
el hueco de tu cuerpo…
Y está la casa llena
de tu recuerdo…


El amor es una experiencia personal que da un nuevo sentido a la existencia. En la tradición literaria encontramos textos en los que enamorarse es recrear el mundo, comenzar una nueva vida en la que todo ha cambiado y los nombres de las cosas han adquirido un nuevo significado. Algunos poetas, además de Josefina de la Torre, han tratado el tema del significado de las palabras y del poder de los nombres en el marco del sentimiento amoroso. Existen variantes o subtemas, como el del nombre propio. Así, en la tragedia de Shakespeare Romeo y Julieta, Julieta le dice a Romeo:

“JULIETA: ¡Sólo tu nombre es mi enemigo! ¡Porque tú eres tú mismo, seas o no Montesco! ¿Qué es Montesco? No es ni mano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni parte alguna que pertenezca a un hombre! ¡Oh, sea otro tu nombre! ¿Qué hay en un nombre? ¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquiera otra denominación! De igual modo, Romeo, aunque Romeo no se llamara, conservaría sin este título las raras perfecciones que atesora. ¡Romeo, rechaza tu nombre; y a cambio de ese nombre, que no forma parte de ti, tómame a mí toda entera!
ROMEO: Te cojo tu palabra. Llámame sólo “amor mío”, y seré nuevamente bautizado. ¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!” (Acto II, escena II)

Se concibe el nombre como algo no inherente a la persona, como una etiqueta que le representa, pero que no contiene su esencia, pues en caso de que Romeo prescindiera del apellido Montesco, su ser sería el mismo. Para estos jóvenes amantes sus nombres suponen un amargo contratiempo, un serio obstáculo para su amor. Así, Romeo propone que ella le llame “amor mío” y al quedar nuevamente bautizado se desvanecerá el obstáculo, que no es sino un obstáculo social, pues el conflicto vivido por esta pareja  procede de la sociedad en que viven, no de sí mismos.

Para Pedro Salinas, el gran poeta del amor de la literatura española del siglo XX,  en La voz a ti debida el amor es una recreación:

“!Qué gran víspera el mundo!
No había nada hecho.
[…]
No, el pasado era nuestro:
no tenía ni nombre.
Podíamos llamarlo
a nuestro gusto: estrella,
colibrí, teorema,
en vez de así, “pasado”;                                                      
quitarle su veneno.
[…]
Los verbos, indecisos,
te miraban los ojos
como los perros fieles,
trémulos. Tu mandato
iba a marcarles ya
sus rumbos, sus acciones.”

 Al enamorarse, el mundo es nuevamente creado, las cosas son totalmente distintas a como fueron antes para quienes descubren que se aman. Crear supone también nombrar cada cosa nueva y recrear implica nuevos nombres. Los amantes hallan nuevos sentidos en lo que les rodea, porque sienten que la vida es algo nuevo al  contemplarla desde otra perspectiva. Para el amante de La voz a ti debida, la mujer amada es la depositaria del poder creador y de la facultad de nombrar de nuevo.

Seguro que existen otros enfoques posibles del tema de los nombres a partir del poema de Josefina de la Torre. Apunto estos, pues se trata de un comentario surgido al azar de esta lectura. Lo bonito de leer, entre otras cosas, es que continuamente te hace descubrir nuevas relaciones y contenidos y te despierta la curiosidad y el deseo de indagar y de profundizar un poco más en los significados de los textos.

martes, 1 de mayo de 2012

Pablo Neruda (I): Residencia en la tierra

Después de casi un año publicando en este blog, me siento un poco en la obligación de dar cuenta de su título y de explicar algunas cosas sobre el poema "Walking around" de Pablo Neruda y sobre la obra de la que forma parte. Lo cierto es que escogí el título del blog pensando en el poema de Pablo Neruda, poeta a quien admiro y leo desde el momento en que descubrí Estravagario a mis diecisiete años, y de esto hace ya muchísimo. Como veis, el objetivo de mi blog es tratar temas literarios sin un programa concreto. Voy a lo que me interesa en el momento, sea un libro, un autor, un tema, un poema... y a veces una simple reflexión. No es un blog pensado para novedades literarias, aunque nunca excluyo esa posibilidad. La lectura es la primera pasión de mi vida en el tiempo y en el espacio. Leo desde antes de haber aprendido a leer y es, dentro de las aficiones que me interesan, aquella a la que más me dedico. Y leer buena literatura de cada vez me interesa más y más.
El poema “Walking around” pertenece al libro Residencia en la tierra, que se compone de dos partes en su edición definitiva. La primera lleva las fechas 1925-1931 y la segunda 1931-1935, en la cual se encuentra este poema. Se publicó por primera vez en Santiago en 1933. La segunda en Madrid en 1935. Pablo Neruda, allá por los años 50, se distanció del contenido de Residencia en la tierra, pues consideraba dañino su contenido: “Estos poemas no deben ser leídos por la juventud de nuestros países. Son poemas que están empapados de pesimismo y angustia atroces. No ayudan a vivir, ayudan a morir.” El poeta compuso esta obra mientras  se encontraba destinado en Birmania, Ceylán y Java como cónsul de Chile durante cinco años, entre 1927 y 1932. Fue un tiempo de soledad e inadaptación, cuyo fruto fue una obra que responde a una visión desolada del mundo y de la vida.
 Sin embargo, en su momento fue un libro de poemas perfectamente coherente con el espíritu de la época. Residencia en la tierra se publicó en Madrid en 1935, el mismo año en que se fundó la revista literaria Caballo verde para la poesía, que estuvo dirigida por Pablo Neruda. En el número 1  se publica el manifiesto “Por una poesía sin pureza”. Es el período de rehumanización de la poesía, de la que participan los poetas del grupo del 27, con quienes Neruda mantuvo una estrecha relación. Después de una etapa  marcada por la influencia de las vanguardias, muy especialmente del Surrealismo, el movimiento de más profunda y duradera influencia en la literatura, la crudeza de una realidad convulsa se impone a los juegos artísticos de la poesía deshumanizada, al arte literario como puro juego. De entre todas las corrientes literarias vanguardistas, fue el Surrealismo la que proporcionó a la poesía de finales de la década de los 20 y primera mitad de los años 30 el lenguaje preciso para expresar las sensaciones de caos, de disolución, de choque entre la realidad y el deseo que trataron de comunicar muchos poetas, entre ellos García Lorca, Alberti, Cernuda y el propio Pablo Neruda.
Así pues, el contenido del manifiesto “Por una poesía sin pureza” expresa un enfoque de la poesía que en el fondo es el mismo que el de Residencia en la tierra: una poesía centrada en lo humano, integradora, hecha de vida, “gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley. Una poesía impura como traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.”
Al cabo de los años, Neruda se inclinó de manera decidida por una poesía marcada por el compromiso social del poeta. Seguramente debió de pensar que los poemas de su etapa surrealista dejaban de lado ese compromiso en favor de una expresión de lo personal. No lo sé con exactitud. En cualquier caso, los poemas de Residencia en la tierra están impregnados de cuanto es humano, aunque eso sí, desde un punto de vista angustiado y doloroso.

Pablo Neruda (II): Walking around

Aquí está el poema "Walking around", del libro Residencia en la tierra.
WALKING AROUND

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas moradas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
no quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos,
aterido, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.


Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.


Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

En cuanto a walking around, es una expresión cuya traducción literal significa pasearse de acá para allá. En el poema expresa el vagabundeo de un sitio a otro y no encontrar sosiego ni acomodo en ninguna parte, el estar presa del aburrimiento y del cansancio de uno mismo –“sucede que me canso de ser hombre”. Angustia y vacío existencial donde se halla inmerso aquel a quien nada le resulta grato o atrayente. Siente hastío de sí mismo y no obstante le encantaría poder expresar su rebeldía contra el mundo y su disgusto –“sería delicioso asustar a un notario con un lirio cortado”-. A ello contribuyen las imágenes poéticas surrealistas, con las que expresa el hastío de la huera rutina  cotidiana, en la que se siente morir de pena.

Si nos fijamos un momento en la estructura, vemos que el poeta se centra en primer lugar en lo que le pasa, en el suceder de la vida, en las tres primeras estrofas; seguidamente, en la cuarta, quinta y sexta se refiere a lo que de verdad le gustaría y en el rechazo de lo que realmente es su vida, pues su malestar se refleja en su rostro y provoca rechazo, como si el mundo también le odiara con un odio que es recíproco. Finalmente, los lugares inhóspitos por donde pasa expresan también la profunda tristeza, el dolor que todo lo impregna.

Poema triste y desesperanzado, donde para la angustia y el malestar no hay esperanza.