Confieso
que la novela histórica no es el género que más conozco, puesto que lo he leído
poco. Supongo que en el fondo siempre he sentido la desconfianza acerca de lo
que es histórico y lo que es ficción o pura fantasía. El conocedor de la
Historia sabe siempre cuando le están dando gato por liebre, el lego en la
materia no. Me refiero con esto a que hay novelas clasificadas como históricas,
cuando no son tales, sino relatos en los que el autor trata libremente el
trasfondo histórico para tejer su ficción novelesca, sin que ello reste verdad
poética a estas obras, pero que se salen de los márgenes de la realidad de los
hechos del pasado. El lector que desconoce la historia, o bien debe
documentarse un poco de antemano, lo cual ocurre raras veces, o bien debe
confiar en la clasificación de la obra ofrecida por la editorial generalmente
en las cubiertas del libro.
Ante
tanta proliferación de novelas de este género y las dudas que he sentido acerca
de su historicidad, en muchas ocasiones he renunciado a leer bastantes de ellas.
Así que el hallazgo de Cinco miradas sobre la novela histórica, de varios
autores, entre los cuales están Carlos García Gual y Gisbert Haef, me permitió documentarme un poco
acerca de los criterios que permiten clasificar una novela como histórica.
Cinco miradas sobre la novela histórica es un
conjunto de cinco breves ensayos sobre este género lierario, cuyo contenido es
el siguiente:
Pedro
Godoy, Cavilaciones y mortificaciones de un atribulado lector; Javier Negrete,
Narrando batallas; Antonio Penadés, La novela histórica en Grecia antigua.
Grecia antigua en la novela histórica; Gisbert Haef, Cosas de Troya; Gisbert
Haef, Historias de vino y sangre; Carlos García Gual, Novelas biográficas o
biografías novelescas de algunos personajes de la antigüedad. Algunos ejemplos;
Carlos García Gual, Trucos de la ficción histórica.
En
primer lugar, Pedro Godoy intenta poner en claro qué es y qué no es novela
histórica. Para ello parte de la confusión ante la que se halla el lector que
acude a una librería en busca de una buena novela histórica. Estantes llenos de
obras en las cuales la historia, la ficción, la fantasía y el esoterismo se
confunden como si fueran una misma cosa.
“Lo
que de verdad le revuelve el estómago [al habitual lector de novela histórica]
es comprobar una y otra vez cómo toda esa excelsa literatura acaba llegando,
precisamente, a las secciones de novela histórica de las librerías como
manzanas podridas que se arrojan al cesto de las sanas, infectando de gusanos a
los hermosos frutos del género como Restauración (1989) de Rose Tremain, El rey
de hierro (1955) de Maurice Druon, Elena (1960) de Evelyn Waugh, Los restos del
día (1989) de Kazuo Ishiguro o El perfume (1985) de Patrick Süskind, por citar
un puñado de buenos títulos que quedan en la memoria.”
Godoy
comenta también los reparos y repudios que ha sufrido y sufre este género
narrativo por parte de muchos historiadores, quienes lo consideran algo espurio
y fruto del intrusismo, contribuyendo así a confundir aún más las cosas y
provocando que muchos autores de novela histórica sientan que deben
justificarse ante el lector ofreciendo innecesarias explicaciones.
Javier
Negrete, por su parte, nos ofrece su punto de vista de escritor de novela
histórica centrando su ensayo en los relatos y descripciones de batallas
célebres, procedentes tanto de su propia obra novelística, como de otros autores.
Describe, analiza y comenta las técnicas narrativas y descriptivas empleadas en
diversas obras. Además de ofrecer al lector elementos de juicio que merece la
pena tener en cuenta, las novelas que Negrete comenta ya constituyen de por sí
una recomendación de lectura nada desdeñable.
Para
Antonio Penadés la obra Historia de Heródoto es el punto de partida, la base
indispensable para comprender un sinfín de temas relacionados con la Grecia
antigua, debido a que el escritor griego se interesó por todo lo humano con
afán investigador y con amplitud de miras. Los comentarios de Penadés acerca de
la obra de Heródoto despiertan en el lector el deseo de adentrarse un poco en
ella, siquiera sea de forma fragmentaria. Aparte de los comentarios y de la
valoración de la obra de Heródoto, Penadés destaca el valor de la novela
histórica como fuente de placer y de evasión en tanto que novela y como fuente
de conocimiento en tanto que recreación de épocas, hechos y ambientes del
pasado.
Penadés
recalca la responsabilidad del autor de novela histórica, quien debe
documentarse a conciencia y con rigor, pues se debe al lector que deposita en
él la confianza que le llevará a conocer mejor una época pasada o un personaje
histórico.
Gisbert
Haef, en sus textos Cosas de Troya e Historias de vino y sangre, desarrolla la
relación entre historia, arqueología y leyendas que tiene lugar en las obras
inspiradas en los hechos y personajes del mundo troyano, por una parte; por
otra, presenta el proceso de documentación y creación de sus novelas centradas en las figuras de Aníbal y
Alejandro.
Leer
a García Gual es siempre un placer. Su estilo ameno y claro, sus comentarios tan
didácticos se agradecen siempre y más si se trata de temas eruditos como los
que presenta en este caso. En Novelas biográficas o biografías novelescas de
algunos personajes de la Antigüedad, el
catedrático caracteriza los dos tipos de novela histórica que predominan: la
novela histórica de corte romántico y las que están centradas en figuras
destacadas de la historia .Su exposición se refiere a las que siguen un esquema
biográfico, a los puntos de vista y a las fórmulas adoptadas por los autores.
En Trucos de la ficción histórica analiza las formas y los usos de esta fórmula
literaria, que se remonta a la Antigüedad y que se ha convertido en un verdadero tópico en
la literatura universal.
Cinco
miradas, efectivamente, sobre la novela histórica, que permiten al lector
hacerse una idea precisa de los rasgos que caracterizan el género desde un
punto de vista riguroso y fundamentado. Estos cinco textos separan el grano de
la paja, proporcionando criterios fiables
para elegir una buena lectura. Además, constituyen una fuente de
información amplia sobre novelas históricas de calidad y buenos escritores de
este género. En resumen, me parece una obra muy recomendable para cualquiera
que se interese por esta clase de novelas y desee documentarse y profundizar un
poco más en su conocimiento y su lectura.
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