He
leído el último libro del poeta menorquín Ponç Pons, Camp de bard. Obra
magnífica, como era esperable, en la que encontramos un capítulo titulado "Versions d’Història Sagrada". El poema
XIV-"Llàtzer" pertenece a este apartado. Un texto de otro gran poeta, Luis
Cernuda, lleva el mismo título, "Lázaro", incluido en Las nubes (1937-1940). La
lectura del primero me hizo sentir el eco del segundo y me invitó a releerlo y
a compararlos.
En
ambos textos la voz del yo poético es la
de Lázaro. El milagro de la resurrección es relatado desde la percepción del
propio Lázaro. ¿Cómo se enfoca el tema de la resurrección? ¿Cómo se siente
Lázaro en la muerte? ¿Qué supone para él el retorno a la vida?
"Lázaro" de Cernuda es un poema largo, de 12 estrofas, en el que el personaje
comienza refiriéndose a lo que le explicaron de su propia resurrección: “Así lo
cuentan ellos que lo vieron”.
A
partir de la segunda estrofa Lázaro se demora en la evocación de sus recuerdos
de la resurrección, en las sensaciones de su cuerpo y de su alma. La muerte es
un suelo en el que está depositado y el milagro es el despertar forzado que le
arranca de la tierra fría devolviéndole la tibieza en la sangre: “Era otra vez
la vida”. Una vida que Lázaro ya no desea. Sumido aún en el sueño de la muerte
entreoye algo de “nuevo nacimiento”, que para él no es tal. Siente cómo le
desamortajan y el golpe duro de la luz del sol. Le inunda el deseo de quedarse
dónde estaba, de regresar a la muerte.
“La luz me remordía
y hundí la frente sobre
el polvo
al sentir la pereza de
la muerte "(v 47-49)
Entre
los testigos del milagro de la resurrección, al comenzar el día y apagarse la
llama que ilumina la escena, se hace patente la presencia de Jesús, a quien no
se nombra:
“Entonces, hondos bajo
una frente, vi unos ojos
llenos de compasión, y
hallé temblando un alma
donde mi alma se
copiaba inmensa,
por el amor dueña del
mundo.” (v 65-68)
Lázaro
no puede resistirse a su llamada: “Y en mí no estaba ya sino seguirle”( v 78).
Sin embargo, vivir es ahora un esfuerzo. La vida carece de aliciente y estando
otra vez vivo, se siente muerto. Vivir es una carga pesada para la que Lázaro
no se siente con fuerzas y por eso reza pidiendo ayuda para soportarla y cumplir la función para la que es requerido.
“Trabajando, no por mi
vida ni mi espíritu,
mas por una verdad en
aquellos ojos entrevista”
La confianza en esa
verdad entrevista en la mirada de Jesús le lleva a compararse con el lirio del
campo que germinando bajo tierra un día estalla en la gloria de la luz.
Digamos, en suma, que Lázaro de Cernuda acepta la carga de la vida porque en su
corazón ha prendido la llama del mensaje trasmitido por los ojos de Jesús.
"Llàtzer" de Ponç Pons es
un poema breve, de dos estrofas de 8 y 7 versos respectivamente. Rezuma
rebeldía del hombre que ha hallado un horizonte más amable en la muerte, de la
que Dios le ha obligado a salir:
“I m’adon que no tenc
més futur que la vida.”
Visión desencantada y nihilista
de la vida, consciencia de la nada después de la muerte, percepciones terribles
transmitidas con unas breves y punzantes palabras:
“ i ara sé, descregut,
que després de la mort
tot és fosca i oblit,
no hi ha res més que absència”.
No hay encuentro con otro ser capaz de lograr que Lázaro
realice el esfuerzo de vivir; no hay mensaje ni luz, solo la nada, el no ser,
“absència”.
A pesar de las
diferencias formales y de enfoque entre los dos poemas, ambos tienen en común
la idea de la muerte como un bienestar del que Lázaro es arrancado en contra de
su voluntad por la fuerza del milagro. En "Llàtzer" la divinidad actúa como
fuerza omnipotente al margen del ser humano, a quien somete a su capricho. No
es un dios entre las personas, como el Jesús no nombrado del poema de Cernuda,
ni hay una apuesta por el hombre que merezca el sacrificio o la entrega a un
ideal.
Entiendo que el tema,
el personaje bíblico de Lázaro, es utilizado por ambos poetas a modo de símbolo
que encarna, desarrolla y representa de forma muy distinta tres visiones: la de
la vida, la de la muerte y la de la divinidad. En el poema de Ponç Pons el
hombre está solo en la tierra y en el paisaje. La divinidad es algo ajeno y
hostil. Para Cernuda, el ser que obra el milagro de la resurrección es alguien con un proyecto por el que Lázaro realiza el esfuerzo de
vivir.
Los textos de Luis
Cernuda y de Ponç Pons se insertan en la tradición literaria universal que
encuentra inspiración en los libros, temas o personajes de la Biblia. Unas
obras nos conducen a otras. ¿Por qué no leer el texto bíblico sobre el milagro
de la resurrección de Lázaro en el Evangelio de San Juan? Es interesante
adentrarse un poco en el relato evangélico que da pie a la recreación literaria
de este personaje y a su transformación en símbolo de algo que trasciende una
creencia religiosa porque alude a la condición
humana y sus inquietudes intemporales.
La lectura es algo maravilloso que hay que fomentar.
ResponderEliminarGracias por estos escritos.Buen trabajo.