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domingo, 3 de julio de 2016

La resurrección de Lázaro en la poesía. Luis Cernuda y Ponç Pons


He leído el último libro del poeta menorquín Ponç Pons, Camp de bard. Obra magnífica, como era esperable, en la que encontramos un capítulo titulado "Versions  d’Història Sagrada". El poema XIV-"Llàtzer" pertenece a este apartado. Un texto de otro gran poeta, Luis Cernuda, lleva el mismo título, "Lázaro", incluido en Las nubes (1937-1940). La lectura del primero me hizo sentir el eco del segundo y me invitó a releerlo y a compararlos.

En ambos textos  la voz del yo poético es la de Lázaro. El milagro de la resurrección es relatado desde la percepción del propio Lázaro. ¿Cómo se enfoca el tema de la resurrección? ¿Cómo se siente Lázaro en la muerte? ¿Qué supone para él el retorno a la vida?

"Lázaro" de Cernuda es un poema largo, de 12 estrofas, en el que el personaje comienza refiriéndose a lo que le explicaron de su propia resurrección: “Así lo cuentan ellos que lo vieron”.

A partir de la segunda estrofa Lázaro se demora en la evocación de sus recuerdos de la resurrección, en las sensaciones de su cuerpo y de su alma. La muerte es un suelo en el que está depositado y el milagro es el despertar forzado que le arranca de la tierra fría devolviéndole la tibieza en la sangre: “Era otra vez la vida”. Una vida que Lázaro ya no desea. Sumido aún en el sueño de la muerte entreoye algo de “nuevo nacimiento”, que para él no es tal. Siente cómo le desamortajan y el golpe duro de la luz del sol. Le inunda el deseo de quedarse dónde estaba, de regresar a la muerte.

“La luz me remordía
y hundí la frente sobre el polvo
al sentir la pereza de la muerte "(v 47-49)

Entre los testigos del milagro de la resurrección, al comenzar el día y apagarse la llama que ilumina la escena, se hace patente la presencia de Jesús, a quien no se nombra:

Entonces, hondos bajo una frente, vi unos ojos
llenos de compasión, y hallé temblando un alma
donde mi alma se copiaba inmensa,
por el amor dueña del mundo.” (v 65-68)

Lázaro no puede resistirse a su llamada: “Y en mí no estaba ya sino seguirle”( v 78). Sin embargo, vivir es ahora un esfuerzo. La vida carece de aliciente y estando otra vez vivo, se siente muerto. Vivir es una carga pesada para la que Lázaro no se siente con fuerzas y por eso reza pidiendo ayuda para soportarla y cumplir la función para la que es requerido.

Trabajando, no por mi vida ni mi espíritu,
mas por una verdad en aquellos ojos entrevista

La confianza en esa verdad entrevista en la mirada de Jesús le lleva a compararse con el lirio del campo que germinando bajo tierra un día estalla en la gloria de la luz. Digamos, en suma, que Lázaro de Cernuda acepta la carga de la vida porque en su corazón ha prendido la llama del mensaje trasmitido por los ojos de Jesús.

"Llàtzer" de Ponç Pons es un poema breve, de dos estrofas de 8 y 7 versos respectivamente. Rezuma rebeldía del hombre que ha hallado un horizonte más amable en la muerte, de la que Dios le ha obligado a salir:

I m’adon que no tenc
més futur que la vida.”

Visión desencantada y nihilista de la vida, consciencia de la nada después de la muerte, percepciones terribles transmitidas con unas breves y punzantes palabras:

i ara sé, descregut,
que després de la mort
tot és fosca i oblit,
no hi ha res més que absència”.

No hay encuentro  con otro ser capaz de lograr que Lázaro realice el esfuerzo de vivir; no hay mensaje ni luz, solo la nada, el no ser, “absència”.

A pesar de las diferencias formales y de enfoque entre los dos poemas, ambos tienen en común la idea de la muerte como un bienestar del que Lázaro es arrancado en contra de su voluntad por la fuerza del milagro. En "Llàtzer" la divinidad actúa como fuerza omnipotente al margen del ser humano, a quien somete a su capricho. No es un dios entre las personas, como el Jesús no nombrado del poema de Cernuda, ni hay una apuesta por el hombre que merezca el sacrificio o la entrega a un ideal.

Entiendo que el tema, el personaje bíblico de Lázaro, es utilizado por ambos poetas a modo de símbolo que encarna, desarrolla y representa de forma muy distinta tres visiones: la de la vida, la de la muerte y la de la divinidad. En el poema de Ponç Pons el hombre está solo en la tierra y en el paisaje. La divinidad es algo ajeno y hostil. Para Cernuda, el ser que obra el milagro de la resurrección es alguien con un proyecto por el que Lázaro realiza el esfuerzo de vivir.

Los textos de Luis Cernuda y de Ponç Pons se insertan en la tradición literaria universal que encuentra inspiración en los libros, temas o personajes de la Biblia. Unas obras nos conducen a otras. ¿Por qué no leer el texto bíblico sobre el milagro de la resurrección de Lázaro en el Evangelio de San Juan? Es interesante adentrarse un poco en el relato evangélico que da pie a la recreación literaria de este personaje y a su transformación en símbolo de algo que trasciende una creencia religiosa  porque alude a la condición humana y sus inquietudes intemporales.


1 comentario:

  1. La lectura es algo maravilloso que hay que fomentar.
    Gracias por estos escritos.Buen trabajo.

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