De entre todos los poemas que he leído del poeta menorquín Gumersind Riera (Fornells, 1909-1990) el que prefiero es éste:
VULL QUE M’ENTERRIN ACÍ
Vull que m’enterrin ací,
de cara a la tramuntana,
vora aquesta arena groga,
sota aquestes aigües blaves.
Vindré amb les dues mans buides
—nua l’ànima—.
Vull confondre’m
amb les aigües
com una espurna de llum
o un esquitx d’escuma blanca.
Me parece un poema rotundo y preciso: breve y sencillo, esencial y elemental. En él se resume mi sueño de eternidad cada vez que me sumerjo en el mar de Menorca. Junto a él y en él vivo y he vivido. En él deseo permanecer para siempre cuando lleguen mi día y mi hora. Amo la vida y amo el mar, que en sí lo contiene todo.
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